Por fin, en Sudán, uno de los países donde el 86,6% de mujeres entre los 15 años y los 49 han sido sometidas a la mutilación genital, va a ser castigado este hecho hasta con 3 años de cárcel, definitivamente queda prohibida la ablación en este país.
Aquí os dejo esta fantástica noticia:
https://elpais.com/elpais/2020/05/06/planeta_futuro/1588758399_505306.html
La mutilación o ablación genital femenina es un procedimiento que se realiza a una mujer o a una niña con el objeto de alterar o lesionar sus órganos genitales sin que existan razones médicas que lo justifiquen. Casi siempre implica la extirpación parcial o total de los genitales externos. Sobra decir que lo hacen sin su consentimiento.Y, en muchos casos, es la propia madre de la niña la que le practica esta mutilación. Esto es algo horrible para esas mujeres y niñas que tienen que pasar por ello, es algo peligroso y no es nada beneficioso para su salud. Las complicaciones médicas van desde dolor intenso hasta hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e, incluso, la muerte. Además, puede aumentar el riesgo de transmisión del VIH. Las mujeres que han sido mutiladas pueden presentar complicaciones al dar a luz, como hemorragias posteriores al parto, muertes fetales o muertes prematuras de sus hijos recién nacidos. Además, también sufren efectos psicológicos, ansiedad, depresión... Este tema puede crearlas varios traumas.
Esto ocurre porque en muchos países la violencia contra las niñas y las mujeres es socialmente aceptable, y constituye una norma social. Hay diversas razones por las que se practica la mutilación genital: en algunos casos se considera un rito de transición a la madurez, en otros casos se concibe como una forma de controlar la sexualidad de las mujer. También es debido a la creencia de que garantiza el futuro matrimonio de las niñas y el honor de las familias o debido a creencias religiosas.
Pero, ¿Dónde quedaron los derechos de las mujeres? Esta practica es totalmente una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. Todas las mujeres de este mundo nos merecemos ser tratadas con respeto, tener los mismos derechos que los hombres, ya que no somos menos que ellos. La prohibición de esta horrible práctica en Sudán ha supuesto un pasito más en la lucha por la igualdad de género, es algo que se ha conseguido con la lucha de mujeres y hombres de distintos países, buscando siempre la libertad de las personas, en este caso de las mujeres. Con esto se consigue que sean libres, iguales a los hombres, y puedan disfrutar del placer. También se evitan riesgos que pueden producirse como los que he mencionado arriba. Me preocupa que esta ley de prohibición no sea suficiente y no pare esta práctica, ya que por ejemplo en Asia, Oriente Medio y ciertas comunidades de la India se sigue permitiendo la mutilación femenina. Por lo tanto, por desgracia, queda mucho por luchar todavía para que esto termine siendo prohibido en todos los lugares del mundo. Cada mujer debe ser dueña de su propio cuerpo, y no dejar que nadie decida por ella. Por suerte, estas mujeres no están solas, existen organizaciones que trabajan para acabar con esta práctica, una de ellas es UNICEF, colabora con trabajadores de la salud para eliminar esta práctica y prestar asistencia a las mujeres y las niñas que han sido sometidas a ella. UNICEF junto a el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) dirigen conjuntamente el programa mundial más importante para la eliminación completa de la mutilación genital femenina.
En mi opinión, es muy necesaria la educación en esos lugares donde se sigue dando la ablación genital femenina para poder acabar con ella. Hay que hacerles ver a esas personas que esta práctica no trae nada bueno, no se puede seguir consintiendo algo así. Para ayudar a modificar las normas sociales, hay que trabajar con las comunidades y hablar abiertamente sobre los beneficios de acabar con la mutilación o ablación genital femenina y fomentar la oposición a esta práctica. Se tiene que conseguir que estas niñas y mujeres empiecen a cuestionarse el mundo que los rodea, se den cuenta de la realidad y empiecen a luchar por sus derechos y sean capaces de ser autónomas, esto les hará alzar la voz y hacerse oír en su familia y comunidad.
Aquí os dejo el fragmento de una película que trata muy bien este tema, la película se llama Flor del desierto.
Es muy triste que en pleno siglo XXI la desigualdad siga patente, pero no nos debemos rendir, tenemos que seguir luchando para que llegue un día en el que por fin todo esto cambie, y a mejor.
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